En entrevista para VOCES Revista Digital, Adolfo Rivas: voluntario del desminado civil humanitario, víctima del conflicto armado, activista por la paz y el cambio climático, quien además es precandidato a la Cámara por Bogotá con el apoyo de las víctimas y jóvenes de la ciudad, nos contó sobre su vida, sus luchas, sus convicciones y lo que sueña para Colombia.

Adolfo, gracias por aceptar esta invitación, usted ha dedicado toda su vida al trabajo social ¿Por qué meterse en política?

Esa pregunta no la puedo responder sin contexto. Yo soy hijo de una caqueteña y un rolo, mi niñez fue en el Caquetá, un departamento azotado por la violencia, sufrí la violencia desde niño, a mi abuelo le desaparecieron 5 hermanos, a mi mama la intentó asesinar las farc (aún tiene la bala alojada en su columna vertebral), y luego el ejército y los paramilitares nos desplazaron. A los 14 años inicié como defensor de Derechos Humanos, no porque me sobrara tiempo o se me hubiese ocurrido, lo hice por necesidad, la necesidad de defender mi vida, la de mi familia y la de mi comunidad. He trabajado toda mi vida desde el movimiento social en la defensa de la vida y la paz. Es muy triste ver como todo este esfuerzo que hacemos millones de colombianos por construir nuestro paraíso en esta tierra maravillosa que llamamos Colombia, se tira al traste por las decisiones de los políticos tradicionales.

Yo soy hijo de la constitución del 91, mi generación ha sabido resistir en las calles, pero ahora lo debe hacer en las urnas. Hago parte de una nueva conciencia ciudadana que quiere un país en paz, y estamos dispuestos a liderar los cambios que necesitamos. Siento que puedo contribuir a renovar la política y hacer realidad la Colombia que soñamos, una Colombia llena de esperanza.

Usted se fue como voluntario a hacer un desminado civil humanitario, literalmente eso es jugarse la vida a cada segundo ¿Por qué hacer algo tan arriesgado?

Toda mi familia materna es campesina, yo sé lo que es salir a trabajar la tierra con la desconfianza, el miedo a activar una Mina Antipersonal, quería dar un poco más de mí a este país que amo tanto, contribuir a que el campesino recupere la confianza en caminar y trabajar su tierra, mi vocación es servir, ser útil a la humanidad, es lo que le da sentido a mi vida. Mi compromiso con la paz no es solo de palabra, es de acción, la causa de mi vida es la paz, estoy dispuesto a dar mi vida por este propósito si es necesario, me duelen las injusticias, me causan dolor, aquí en el corazón. Creo que de ahí viene ese impulso que me mantiene las 24 horas del día y los 365 días del año, trabajando por la paz.

¿Cómo ve la situación de Colombia?

Difícil, la pandemia nos recordó que en Colombia no hay garantías para la vida. Millones de colombianos en ciudades como Bogotá, y en los territorios, esperaban más del gobierno, de la clase política. Pero Duque se dedicó a robar, a saquear las arcas públicas, a endeudar el país, y ese dinero no llegó a la gente, se quedó en los bolsillos de los corruptos.

Entonces tenemos una situación muy difícil. Crisis sanitaria, crisis económica, y el 70% del país está en manos del crimen organizado. La política de seguridad de Duque es un fracaso, los asesinatos de líderes sociales se volvieron paisaje, estamos normalizando la violencia nuevamente, eso me preocupa mucho, se pierde el valor de vida en el sentido ético. Ahora, cuando los y las jóvenes salimos a pedirle a este gobierno inversión social, educación y trabajo, nos enviaron a la policía a asesinarnos.

La situación de Colombia es difícil, pero también veo una oportunidad de cambio, tengo mucha esperanza en la gente, siento que hay una convicción genuina de renovar el congreso, eso nunca lo había sentido, la gente está entendiendo que debe votar bien, que no debe vender el voto.

¿Qué están pidiendo los jóvenes?

Ser escuchados y la garantía de los derechos consagrados en la constitución de 1991. Se habla mucho de que somos el futuro, pero nosotros nos afirmamos como un presente; una realidad, con alegrías, sueños, y esperanzas, pero también con indignación, indignación frente a una sociedad que no nos escucha, que nos deja en el olvido, en las periferias, sin oportunidades de educación y empleo, sin futuro.

Entonces, cuando nos cansamos y salimos a protestar, nos prohíben protestar, nos prohíben hasta quejarnos, hasta este punto llega la desidia de esta sociedad. Nos estigmatizan en los medios de comunicación, y envían a la policía para que nos violente y nos asesine. Lo más triste, es que hay un sector de la sociedad que legitima estos crímenes. Dígame ¿Qué futuro tiene una sociedad que asesina a su juventud por el hecho de exigir sus derechos constitucionales?

Adolfo, usted habla de paz ambiental ¿Qué es?

Cuando uno revisa los conflictos armados en Colombia, y en el mundo, el 81% de estos conflictos se encuentran ligados a disputas por el aprovechamiento legal e ilegal de los recursos naturales. Entonces nuestra reflexión es que, si la guerra está vinculada a la naturaleza, la posibilidad de construir la paz también. Aquí es clave la participación de las comunidades, desde un enfoque de paz territorial, mediante la planeación participativa, para responder la siguiente pregunta ¿Cómo regular, tramitar las disputas y dilemas ambientales de forma pacífica?

Esto por supuesto, desde una reflexión necesaria de nuestro tiempo. Los recursos naturales están agotados, consumimos más de lo que el planeta puede renovar, contaminamos nuestros ríos y mares, el calentamiento global es una realidad, sus efectos sobre el clima y, en consecuencia, sobre la vida son notorios, debemos pensar toda gestión ambiental en términos de la conservación, la recuperación de ecosistemas, la mitigación y adaptación al cambio climático. Hay que cambiar el paradigma antropocentrista de nuestra sociedad, debemos girar hacia una visión biocéntrica, una sociedad organizada alrededor del cuidado de la vida. 

¿Cómo garantizar la no repetición para las víctimas?

Hay que acabar primero el conflicto armado, acabar la fábrica de víctimas, eso fue lo que hicimos con el desarme en el acuerdo de paz con las Farc, sacar las armas de la ecuación en la conflictividad social. Ese es el primer paso, luego la reparación integral para las víctimas, es decir; que haya verdad, que haya justicia, que haya restablecimiento pleno de nuestros derechos.

La no repetición tiene que ver, para mí, con dos asuntos fundamentales: la memoria construida desde las víctimas, que la nación conozca esta verdad para que nunca más repitamos esta historia de horror, y unas reformas estructurales que necesita Colombia. 

Es decir; debe haber una transformación sobre la propiedad y el uso de la tierra, se debe ampliar la democracia, debe haber un cambio en el modelo de desarrollo, transitar del extractivismo destructivo a la productiva creativa, debemos construir una cultura de paz basada en el respeto a la vida y la diversidad.  Se debe construir Estado en medio país en donde nunca ha existido, se necesita presencia institucional en todos los territorios para garantizar los derechos, la no repetición es la garantía de los derechos humanos, y estos solo se pueden garantizar con la materialización del Estado Social de Derecho.

Para finalizar, una última pregunta ¿Por qué partido piensa aspirar al congreso?

Nosotros nos ubicamos en el sector alternativo o la centro izquierda, creemos que ahí está la posibilidad de cambio, también estamos convencidos que aquí nadie gana solo, y por eso hacemos parte de una iniciativa que pide la Unidad Sin Vetos de todos los sectores alternativos para no repetir la historia de 2018, donde por andar divididos nos ganó el uribismo.

La ruta que trazamos con las organizaciones de víctimas, colectivos universitarios, organizaciones ambientales y comunales, para mi aspiración al congreso, y permítame aclarar lo siguiente: esta apuesta política no es solo Adolfo Rivas, sino que es fruto de un proceso colectivo, es la unión de muchos liderazgos individuales-colectivos de Bogotá, por supuesto, también es consecuencia de una vida al servicio de gente. Primero, llegamos a la conclusión que tenemos la fuerza, el trabajo y la posibilidad de ganar un espacio para los jóvenes, las víctimas y la causa ambiental en la Cámara Representantes por Bogotá. Segundo, que nuestra candidatura será por un partido alternativo y, tercero, que estaremos en el partido donde tengamos garantías democráticas para la participación política. Las víctimas y los jóvenes no estamos para ser relleno de ninguna lista, vamos a participar en donde tengamos opciones reales de salir electos. Estamos mirando opciones.

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