Fernando Marín, un enfermero que lideraba las misiones médicas de voluntarios en las manifestaciones del paro nacional del año pasado, es uno de los protegidos por orden de la CIDH, estuvo en dialogo con el diario El Espectador y contó que fue víctima de amenazas durante muchos meses y sobre su hermano, quien resultó desaparecido, aun no se ha adelantado la investigación en la Fiscalía.

Desde el lugar en donde se encuentra resguardado, Marín  decidió hablar con el diario colombiano por primera vez. En medio de la entrevista dijo que ya se encontraba cansado de estar rodeado de las mismas 4 paredes desde el mes de agosto de 2021, pero es consciente de que era su única opción, “Me escondía o me mataban, escogí la primera y desde entonces no he vuelto a ejercer mi carrera de enfermero”, dijo.

Marín fue uno de los líderes de las misiones médicas que hubo en las jornadas de manifestaciones que se presentaron en la ciudad de Cali, pero debido a esta labor, de querer rescatar y asistir a los heridos, empezó a ser blanco de amenazas. El enfermero cuenta que la primera amenaza que recibió fue el 13 de mayo de 2021, en uno de los puntos más álgidos del paro nacional.

Contó que se trató de una llamada bastante extraña de un desconocido que le empezó a describir como estaba vestido y el lugar en donde estaba en ese momento y hasta de quien estaba acompañado, su primera reacción fue colgar y continuar haciendo su labor pero momentos más tarde volvió a recibir otra llamada, ya se encontraba en otro punto atendiendo heridos y con tono amenazante le dijeron “Te tenemos vigilado”.

El joven empezó a recibir en su casa coronas fúnebres con su nombre y la repentina desaparición de su hermano ya hace dos meses. Marín relató que desde el mes e junio denunció estos hechos y que al sol de hoy no sabe ni siquiera en que despacho de la Fiscalía está llevando la debida investigación.

“Esto lo están manejando en total silencio, porque nosotros los pobres, los que venimos de abajo, no contamos con los recursos necesarios para que se incentiven a adelantar la investigación. Además tengo bastante información de agresiones de uniformados en contra de los manifestantes en el paro, tengo videos y fui testigo directo de esto”, dijo.

El enfermero dijo que su llegada a esta labor fue algo que no tenía en mente, pues él como miles de colombianos, decidió salir el 28 d abril de 2021 a protestar en contra de la nefasta Reforma Tributaria y la reforma a la salud, pero, al darse cuenta del alto número de heridos que había, tomó la decisión de poner en práctica sus conocimientos como enfermero y decidió aislarse de la manifestación y empezar a socorrer a los manifestantes heridos.

Contó que en los próximos días, empezó a crecer el grupo de médicos, enfermeros, paramédicos y estudiantes que se acercaban a él y le decían que querían ayudar. Marín contó que el grupo llego a ser de 270 colaboradores que él estaba coordinando y que atendían a las personas con los insumos que varias farmacias y otras personas  donaban.

Después de estar liderando esta enorme misión, fue cuando llegó la primer amenaza y tomó la decisión de no estar solo en ningún lugar ni en ningún momento, entonces se movilizaba en el vehículo de otro amigo que también era voluntario, pero quienes lo tenían vigilado, decidieron secuestrar a su amigo y Marín fue informado de que había sido raptado por desconocidos. Lo mantuvieron secuestrado 4 días, lo golpearon y le dijeron que la condición para que quedara libre era que Fernando Marín se entregara porque según ellos, Marín era guerrillero.

“En varias ocasiones pensé en entregarme, pero la tensión bajo cuando me enteré que lo habían liberado y me llamó a decirme que era mejor que no fuera a su casa porque estaban esperando a que yo apareciera allá”, dijo el enfermero.

Marín insistía en que él no debía entregarse puesto que no estaba haciendo nada malo y en caso de que lo hubiese hecho, la Fiscalía tampoco había dictado una orden de captura en su contra, “Hasta ahora no he sido requerido por ninguna Fiscalía ¿Por qué las autoridades no toman cartas en este asunto?”, cuestionó.

Después de esto fue cuando en el mes de noviembre, exactamente el día 10 de ese mes, su hermano, Fredemyr Alberto Marín quien trabajaba en el transporte informal, salió de su casa a trabajar, como era costumbre y desde aquel día no volvieron a saber de su paradero. Fue el 13 de noviembre cuando una de las hermanas de Marín recibió una llamada de unas personas que le dijeron que ellos lo tenían.

“Corroboramos el número de teléfono que llamó a mi hermana y era el mismo número que había estado llamándome y enviando mensajes  y le dijeron  mi hermana que lo tenían secuestrado por culpa mía”, contó.

Fuente El Espectador.

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