En un hito para la protección ambiental en Colombia, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha declarado la región de Tribugá-Cupica-Baudó, situada en Chocó, como nueva reserva de biósfera de la humanidad. Esta es la sexta reserva de este tipo en el país y la primera en la costa del Pacífico colombiano.
Esta distinción, concedida a áreas de conservación natural que también están habitadas por comunidades humanas, resalta la impresionante variedad de paisajes y ecosistemas de la región, que incluyen acantilados, estuarios, costas, golfos, ensenadas, bahías, arrecifes, manglares y bosques tropicales. Además, la zona es hogar de al menos 1500 especies de plantas endémicas que han perdido más del 70% de su hábitat natural. A pesar de cubrir solo el 2.3% de la superficie terrestre, la nueva reserva de la biósfera cuenta con un gran número de especies, algunas de ellas amenazadas de extinción, que representan prioridades globales para la conservación.
Pero la rica biodiversidad de Tribugá-Cupica-Baudó no es el único motivo para su protección. La región también está habitada por más de 18.000 personas, en su mayoría indígenas emberá y afrocolombianos, que dependen de la tierra para su subsistencia. La agricultura, la pesca artesanal, el comercio, el turismo de naturaleza y la artesanía, como la cerámica, son actividades económicas clave en la región, según la UNESCO.
Este reconocimiento por parte de la UNESCO se suma a las protecciones existentes en la región, que incluyen el Parque Nacional Natural Utría y el Distrito Regional de Manejo Integrado golfo de Tribugá-Cabo Corrientes, así como la Zona Exclusiva de pesca artesanal.
La designación de la reserva de la biósfera fue el resultado de un esfuerzo colectivo que comenzó en febrero de 2022. En aquel momento, el Ministerio de Ambiente, dirigido por Carlos Eduardo Correa, presentó una investigación sobre los componentes bióticos, socioeconómicos y culturales de la región. Esta investigación fue llevada a cabo por el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico (IIAP) y contó con la participación de las comunidades indígenas, negras y locales que habitan el área.
Con la adición de Tribugá-Cupica-Baudó, Colombia ahora cuenta con seis reservas de biósfera, incluyendo El Tuparro, La Ciénaga Grande de Santa Marta, La Sierra Nevada de Santa Marta, El Cinturón Andino y Seaflower, en el archipiélago de San Andrés y Providencia. Este reconocimiento destaca el compromiso del país con la conservación y el manejo sostenible de su rica biodiversidad.