La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) de Colombia ha publicado los pliegos de condiciones definitivos para la contratación de una consultoría especializada. La iniciativa, valorada en $19.267 millones, buscará estructurar un plan integral de prefactibilidad para la conexión férrea entre la Región Metropolitana Bogotá – Cundinamarca y el Corredor Férreo Central (La Dorada – Chiriguaná).
Esta medida representa un cambio de rumbo significativo para el país, en palabras del ministro de Transporte, William Camargo Triana: “En la última década, la destinación presupuestal para el modo férreo no supera el 1,8% del total de la inversión pública anual del sector. Tenemos un nuevo enfoque y gracias a estas futuras conexiones, vamos a desarrollar una red de infraestructura intermodal y de servicios de transporte con una eficiencia logística que implique para los empresarios, una reducción de los costos de hasta el 26% y la generación de condiciones óptimas en la operación”.
El consultor especializado tendrá un plazo de 12 meses para determinar la opción más adecuada que garantice una conexión eficiente para esta vía, bajo la premisa del mejor costo – beneficio. En este proceso, la consultoría deberá evaluar una serie de aspectos esenciales, entre los que se incluyen componentes técnicos, económicos, financieros, jurídicos, prediales, sociales, ambientales y de riesgos.
Colombia cuenta actualmente con tres grandes corredores férreos: La Dorada – Chiriguaná (en operación), Bogotá – Belencito (en operación) y la Red Férrea del Pacífico (en estructuración). Para maximizar la eficiencia logística, es esencial conectar estos corredores de manera eficaz y coordinada, permitiendo su integración con la red de infraestructura carretera, fluvial, portuaria y aeroportuaria del país.
La implementación de esta nueva conexión férrea promete transformar el panorama del transporte de carga en Colombia, especialmente en lo que respecta a la industria pesada y de alto volumen. Con la finalización exitosa de este proyecto, la carga podrá moverse desde los centros de producción interiores del país hasta los puertos marítimos ubicados en los océanos Atlántico y Pacífico, lo que supone un gran paso adelante en la eficiencia y efectividad de la cadena de suministro del país.
